Ezequiel Montaño

El secreto de la Salud

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Yo llevaba una rutina semejante a la que tienen la mayoría de las personas que sufren algún problema de salud, físico o emocional: no comía a las horas recomendadas, mi dieta estaba poco balanceada, no hacía actividad física y dormía mal debido al estrés. Pero todo eso era normal: la típica rutina de una persona que vive en una gran ciudad; no le veía ninguna relación con los ataques de ansiedad y pánico que sufría continuamente. Fue hasta después de visitar a más de quince diferentes doctores en medicina convencional ―o alópata―, de haber sido hospitalizado de emergencia en varias ocasiones y no haber hallado otra solución fuera de la invariable receta de calmantes y medicamentos, cuando finalmente me formulé una pregunta que cambiaría mi concepto de la salud y la medicina para siempre:

¿recuperar la salud significa depender del sistema médico y sus productos para siempre?

Por tanto, me dirigí a un psiquiatra y este finalmente me aclaró que los medicamentos que podría recetarme para mi caso de ataques de pánico y ansiedad solo me harían sentir mejor, pero no acabarían con la raíz del problema. Así fue que, en mi viacrucis buscando un remedio a mi situación, opté por acudir a un médico homeópata. Al salir de su consultorio, me di cuenta de que las opciones que me habían dado los doctores eran similares en todos los casos y, a pesar de invertir miles de dólares en sus diferentes tratamientos, aún no resolvían mi problema de salud. Los medicamentos homeopáticos funcionaron al disminuir los síntomas, pero al igual que con los medicamentos o fármacos alópatas, mis trastornos regresaban una vez que dejaba de tomarlos.

En principio del camino

Todo esto tuvo que pasar hasta que recibí la invitación de una amiga para asistir a un seminario relacionado a un colegio y, una vez concluido, decidí comenzar mis estudios para llegar a ser Natutophatic Doctor, ND (Doctor Naturista), dichos estudios abarcaron desde temas como la nutrición, iridología, herbolaria, aromaterapia, homeopatía hasta el naturismo. A medida que cursaba los estudios iba poniendo en práctica cada una de las recomendaciones para mi caso particular y noté que todas funcionaban solo mientras las utilizaba regularmente, pero al dejarlas caía en el mismo círculo vicioso que en el de la medicina alópata o convencional, y en el mismo fenómeno de dependencia y consumismo.

Recuerdo que un día fui a visitar a mi maestra de homeopatía a su oficina; tras realizarme una evaluación, me recomendó algunos remedios homeopáticos, suplementos vitamínicos y plantas medicinales. En ese momento, sintiendo ya mucha más confianza por tratarse de mi maestra, opté por seguir sus consejos y, en definitiva, ¡de inmediato me sentí mejor! Notar ese cambio me entusiasmó para seguir aprendiendo y utilizar la homeopatía. Sin embargo, esa ilusión se me esfumó a los siete meses de estar acudiendo al consultorio de mi maestra y darme cuenta de que, si quería continuar así, debería de seguir tomando indefinidamente los remedios recomendados. Es decir, había gastado ya una cantidad considerable de dinero solo para caer de nueva en cuenta en que, en definitiva, el uso de remedios naturales es una copia perfecta del uso de medicamentos, pues solamente fomenta el consumo indefinido de productos para calmar síntomas, mas no para eliminar los males de nadie.

Ahora, cuando recuerdo todo eso me pongo a pensar: ¿en manos de quién puse mi salud? Esa maestra tenía buenas intenciones, pero era una mujer de unos 50 años, 5 pies (1.52 m) de estatura, unas 240 libras de peso (109 kg), con un paño facial muy marcado, que necesitaba apoyarse de un bastón por artritis en las rodillas, tenía el cabello encanecido y saburral, además de un aliento fétido acompañado de mal olor corporal. Al observar esto, era notorio que su estado de salud no era para nada bueno y, por lo tanto, ella, aun siendo una médica profesional, ponía en evidencia que no era la indicada para orientar a los enfermos a estar sanos, a pesar de que era una linda persona.

Desde entonces yo me pregunto: ¿puede un médico enfermo ayudar a un paciente enfermo a estar sano? La respuesta es obvia, y es tan obvia que casi te puedo asegurar que actualmente estás, o has estado, en manos de un profesional de la salud en circunstancias similares a las que a mí me tocó vivir en ese momento. Date cuenta de la gran ignorancia que compartimos al ni siquiera pensar en el estado de salud de nuestro doctor, ¡y en sus manos ponemos nuestra salud y la de nuestra familia! ¿Te das cuenta de tan gran equivocación?

 

Mi primer programa de radio

Transcurrido un tiempo en el colegio, comencé un programa de radio y abrí una oficina de consultoría en el año 2000, invitando a otros colegas para iniciar el comercio y la distribución de productos naturales, principalmente homeopatía. Sin embargo, al conocer más de cerca este lucrativo negocio, noté el mismo interés comercial que recomendaba la compra de productos naturales paliativos para atenuar los síntomas y la firme intención de crear un hábito para mantener a un cliente cautivo.

Al descubrir que solucionar la verdadera causa de los trastornos de salud era evitado por todas las disciplinas que pretendían dedicarse al cuidado de la salud, me sentí profundamente decepcionado, a tal grado que mis mismos socios criticaron mi postura: “Este es un negocio. Si se curan los enfermos, ¿quién comprará los productos?”, argumentaron.

Así, me di cuenta de cuál era la gran diferencia entre mi búsqueda por aliviar mis dolencias y la de todos aquellos que buscaran eliminar sus malestares mediante mi asesoramiento, me di cuenta que el enfoque realmente era por el negocio de la “salud”. Uno de mis socios lo puso muy claro para tratar de hacerme cambiar de postura: “Solucionar problemas de salud no es un buen negocio, las personas solo desean aliviar sus síntomas y si una droga o un remedio les da ese alivio no necesitan hacer otra cosa. ¿Quién se va a meter en tantas tonterías del naturismo?”

Y fue así que, apenas tras quince días de haber iniciado, mis compañeros decidieron abandonar la sociedad que habíamos establecido y me quedé prácticamente solo con mi iniciativa.

Primeros obstáculos y críticas por buscar El Secreto de la Salud

Sin abandonar mi idealismo comencé a hacer una crítica profunda acerca de las enseñanzas que seguían mis compañeros en la escuela de medicina alternativa donde cursaba mi carrera profesional. Aprovechando el programa de radio que tenía, alentaba a mi auditorio a dejar los remedios de cualquier tipo e implementar un programa que posteriormente llamaría Programa de Salud Educativo, basado en las 4 Naturalezas y las 35 disciplinas del Naturismo Integral, el cual iría a la raíz de cualquier problema de salud, logrando una solución definitiva sin depender de ninguna clase de medicamentos, productos o remedios naturales.

Los cambios que yo recomendaba se basaban específicamente en corregir la causa y no en disminuir los síntomas de los problemas o dolencias, siempre insistiendo en la importancia que tiene la educación en la solución de los problemas de salud y criticando la postura netamente comercial, tanto de la industria farmacéutica como de la industria de servicios y productos o remedios naturales de la llamada medicina alternativa.

Esto llegó a oídos del director de la institución donde estudiaba, ya que muchos de mis condiscípulos se quejaron de que en mi programa de radio insistía en que los productos y remedios naturales ayudaban, pero no solucionaban los problemas de salud. Se me acusó de no fomentar lo que se me enseñaba en aquella institución, mientras yo argumentaba que algunos de mis mismos compañeros se habían enfocado exclusivamente en el comercio de productos y remedios, dedicándose a ser especialistas en una sola de las disciplinas que estudiaban, al igual que los médicos convencionales hacían.

A partir de entonces tuve una serie de conflictos, presiones y exigencias de la dirección del colegio, mismas que me siguieron hasta mi graduación, debido a que en todo momento resalté la intención que la misma escuela tenía de lucrar, así como el propósito de muchos compañeros por obtener una buena remuneración económica promocionando productos naturales y no preparándose como médicos que se dedicaran exclusivamente a resolver problemas de salud.

La verdad ocultada al público en general

Una vez recibido el certificado de Doctor Naturista o Naturopathic Doctor (ND), por parte de la ANCAB (American Naturophatic Medical Acreditation Board o Junta Administrativa de Médicos Naturistas Americanos), ubicada en Washington, EE.UU., también me hice miembro de la ANMA (American Naturophatic Medical Association o Asociación Americana de Médicos Naturistas), ubicada en Las Vegas, Nevada, en el año 2002.

Con el paso del tiempo me di cuenta de que, así como el colegio del que había egresado, las mismas asociaciones estaban enfocadas a la comercialización de productos y remedios naturales sin ofrecer soluciones concretas, educando y certificando médicos naturistas para alentar el consumo y lucrar con la salud de la gente, lo que resultaba en una excelente copia de la medicina convencional con industrias de más de siete mil millones de dólares anuales en venta de productos naturales.

Al descubrir esta gran verdad y ante las exigencias de obligarme a efectuar cirugías menores para seguir ostentando el título de Doctor Naturista, tras un cambio en las leyes de California y —algo en lo que estoy en contra hasta la fecha—, opté por renunciar a mi certificación de Doctor Naturista y también abandoné mi afiliación con la ANMA, pues tampoco era compatible con mis ideales. Desde entonces deseo ser llamado solo Naturista.

Luego de hacer un análisis más profundo acerca de estas razones, he encontrado diez monopolios principales que tienen al mundo bajo su influencia y control en lo relacionado a salud:

1. Las empresas de alimentos y bebidas procesados.
2. Los servicios de salud que incluyen a doctores, clínicas, hospitals y asociaciones.
3. Las empresas farmacéuticas.
4. Las compañías de seguros médicos.
5. La industria de la medicina alternativa.
6. La industria del cuidado y la higiene personal.
7. Las empresas que elaboran productos para el cuidado del hogar y el jardín.
8. El sistema educativo global.
9. Las instituciones gubernamentales.
10. La metodología científica.

El Secreto de la Salud, un método antiguo pero innovador para resolver prácticamente cualquier problema de salud sin pastillas de ninguna clase, utilizando más bien el Naturismo Integral.

El descubrimiento y decisión de fomentar El Secreto de la Salud

El éxito de los medicamentos y productos “milagro” me pareció aún más obvio cuando una tarde, caminando en la ciudad de Hollywood, California, específicamente por el Hollywood Bulevar —una avenida muy importante y cuyas rentas por alquiler son muy costosas—, encontré una botánica que vendía veladoras, fetiches y una infinidad de remedios que pretendían aliviar cualquier dolencia. Esto me hizo pensar que si estas personas podían enriquecerse y tener un local en una de las zonas más costosas de la ciudad, engañando a la gente y no dando una verdadera solución a los problemas de salud, yo también podría hacer algo para de verdad ayudar a las personas y al mismo tiempo sobrevivir económicamente.

A partir de este momento decidí dedicar mi vida a fomentar la importancia esencial de la educación en lugar de la medicación. Así nació Ezequiel Montaño Academia de Naturismo Integral (EMANI) que, desde el año 2000, ha tratado de cubrir todas las bases para orientar a quienes están dispuestos a unirse a esta revolución de la salud en favor de la sociedad, yendo directamente a las causas de los problemas de salud y no únicamente a los síntomas, e incentivando un cambio de vida completo mediante elevar el nivel de conciencia del individuo.

Buscando las verdaderas causas de los problemas de salud se pueden reconocer las situaciones particulares de cada persona, donde los síntomas no son los problemas en sí. Desafortunadamente, las disciplinas médicas, al especializarse para tratar individualmente cada malestar, han aislado las partes del cuerpo que indirectamente influyen en los padecimientos. Por ello es que una migraña suele ser tratada por un neurólogo, cuando sus causas pueden ir desde problemas digestivos, de hígado, estrés, sinusitis, mala circulación, vesícula perezosa, hígado inflamado, hasta falta de ejercicio y deshidratación.

Sin embargo, los médicos suelen recomendar medicinas, drogas o productos que ocultan los síntomas de estos malestares, ya que las industrias encargadas de elaborarlos ofrecen discretas y jugosas comisiones por incentivar su consumo entre sus pacientes. En pocas palabras, se convierten en vendedores disfrazados de médicos, pues su intención realmente no es corregir los problemas de salud del individuo, sino hacer sentir bien al paciente de manera rápida, aunque sea solo temporalmente. Para muchas personas esta es la verdadera razón y sentido de acudir a una consulta: ser recetado, en lugar de buscar las causas principales de su padecimiento.

Tras años de estudio, investigación, práctica y observación descubrí lo que yo llamo: El Secreto de la Salud, un método antiguo, pero innovador, que sirve para resolver prácticamente cualquier problema de salud, sin pastillas de ninguna clase. La clave de este Secreto es que utiliza el Naturismo Integral, un método de estilo de vida saludable basado en las 4 Naturalezas y sus 35 disciplinas, las cuales es indispensable conocer y practicar para no enfermar nunca y morir de anciano, pero sano.

Este concepto, en vez de estar enfocado en sanar enfermos —aunque también funciona muy bien con tales fines—, más bien está diseñado para enseñar a no enfermar, y quien está sano no necesita médico ni medicamentos o remedios de ninguna clase.

Difundir esta verdad no ha sido una tarea fácil, ya que la mayoría de las personas están acostumbradas a que les vendan algo y a considerar que tal producto es el remedio a sus problemas. Pocos son conscientes de cómo los servicios de salud se han deshumanizado al comercializarse, cuando en realidad es posible solucionar la mayoría de los problemas de salud sin depender de la medicación, corrigiendo los malos hábitos en el estilo de vida y utilizando los mismos elementos que la naturaleza ofrece de forma gratuita.

Por otro lado, la prevención y el llevar un estilo de vida saludable son acciones imprescindibles para evitar complicaciones que requieran posteriormente la visita a un médico que, como ya sabemos, aliviará momentáneamente el problema, pero no lo solucionará. Es por causa de la ignorancia que se debe pagar un costo tan alto. La principal causa de los diversos problemas de salud es el mismo desconocimiento de las personas en cuanto al funcionamiento de su cuerpo y las maneras que tiene para manifestar sus problemas, el público en general sabe más sobre cómo funciona un aparato eléctrico o su teléfono que su mismísimo cuerpo, del cual uno es residente por toda su existencia. Así, la mayoría vive en él, pero siempre ajena a su maravilloso funcionamiento, desconociendo su increíble capacidad regeneradora para el restablecimiento automático de la salud de su propio organismo.

La prevención es la madre de la curación

Invito a las personas a adoptar una visión crítica de los resultados hallados en cualquier terapia que hayan seguido para aliviar sus dolencias. Si encuentran que a los tres meses no existe una clara mejoría, es necesario considerar un cambio en la recomendación o prescripción que su doctor les haya dado o, mejor aún, cambiar de profesional de la salud, pues más de tres meses sin resultados definitivos es una pérdida para las personas, tanto de tiempo como de esfuerzo y de dinero, los cuales, por desgracia, nunca volverán.

Mi objetivo como el Naturista Ezequiel Montaño es que la gente forme parte de la Revolución de la Salud, a partir de la toma de consciencia, en una manifestación de amor a sí mismo, a su prójimo y a la naturaleza en general, pues la capacidad de comprensión y altruismo es la que ayudará a difundir aún más estos sencillos principios, mismos que, por desgracia, resultan a veces extremadamente complicados de aceptar debido a su sencillez. Estás invitado a formar parte de esta Revolución de la Salud.

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