Si no conoces tu cuerpo, ¿cómo lo cuidarás?

Por Ezequiel Montaño

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Pocos están dispuestos a aceptar que mientras no se conozca el propio cuerpo, se está condenado a vivir con problemas de salud. Sin embargo, esta es una realidad que salta a la vista apenas se observa la calidad de vida de quienes, ante cualquier malestar, ingieren una pastilla que inhiba sus molestias.

Desafortunada y contradictoriamente, en la época actual, en la que gracias al internet casi cualquier información está al alcance de todos, es cuando las personas desconocen más sobre su propio cuerpo. Sin embargo, esto no ocurre fortuitamente.

Desde muy chicos y a lo largo de sus vidas, las personas son educadas para ignorar las señales que su cuerpo les envía cuando hay algo que no está haciéndole bien a su salud, es decir, son educadas para desaparecer síntomas mediante pastillas, en lugar de prestarle atención al origen de sus problemas. Y aunque es cierto que cuando alguien tiene un malestar o padecimiento la ingesta de un fármaco le ayudará a seguir con sus actividades diarias, ¿cómo será la forma en que las llevará a cabo? ¿Tendrá la entereza física para realizarlas con buen ánimo y vigor todos los días? La respuesta es no y, por eso, en Ezequiel Montaño Academia de Naturismo Integral (EMANI) se considera tan importante, hoy más que nunca, reflexionar en torno a la relevancia del conocimiento del propio cuerpo, especialmente cuando se tiene algún problema de salud como la diabetes. De ahí que en este artículo se abordará por qué es obligatorio conocer el cuerpo para tener salud, por qué nadie puede cuidar lo que no conoce, así como las 5 partes del cuerpo que todo diabético debe conocer para poder cuidarse, y cómo, tras llevar a cabo un proceso de autoconocimiento, el resultado en la salud y, sobre todo, en los niveles de azúcar en sangre sorprenderán al diabético.

Es obligatorio conocer el cuerpo para tener salud

Lo primero que el diabético debe entender es que, para vivir sin diabetes, debe conocer su cuerpo antes que cualquier otra cosa. Y aunque esta regla aplique para toda persona que quiera vivir plenamente, es especialmente importante si se quiere recuperar la salud una vez que esta se ha visto afectada por algún padecimiento. Por esta razón, una de las 4 Naturalezas que conforman el Naturismo Integral está dedicada al conocimiento y comprensión de la Naturaleza de El Cuerpo, en la que se encuentra la disciplina 11, Anatomía y Fisiología. Pero ¿qué es exactamente la anatomía y la fisiología?, ¿qué es lo que se estudia en ellas?:

En la anatomía se estudia lo que compone al cuerpo humano, desde la cabeza hasta los pies, con sus diferentes aparatos y sistemas que lo conforman, así como la ubicación de estos. Concretamente, desde el Naturismo Integral se enseña al diabético a saber nombrar las diferentes partes de su cuerpo para que, con mayor conocimiento de sí mismo, sea capaz de identificar mejor sus malestares o dolencias y así poder atacarlas de manera eficaz.
En la fisiología se comprende el funcionamiento de las partes del cuerpo aprendidas en la anatomía, pero ahora desde el entendimiento de cómo opera cada una de ellas para que esa máquina perfecta y maravillosa que es el cuerpo se encuentre en óptimas condiciones de salud.

Ahora, ante la pregunta que el diabético podría plantearse acerca de si este conocimiento es realmente tan importante para preservar su salud, se podría plantear la siguiente analogía: cuando uno se encuentra viajando en coche y de pronto este comienza a sacar humo, lo normal es que, al momento, uno se orille, detenga el auto y se disponga a buscar el lugar de procedencia del humo. Por supuesto, para ello es necesario saber reconocer las partes del vehículo, pero no solo eso, sino entender qué función tiene cada una de estas para saber localizar rápidamente el problema y resolverlo de manera rápida y eficaz. Bueno, pues lo mismo ocurre con el cuidado y el conocimiento del cuerpo. Si no se conoce de anatomía, es decir, cómo se compone el cuerpo, ni de fisiología —qué función cumple cada parte que lo conforma—, se estará condenado a no saber cómo proceder cuando, siguiendo con el ejemplo del coche, comience a salir humo de alguna parte.

Nadie puede cuidar lo que no conoce

Cuando se empieza a conocer el funcionamiento del cuerpo y cómo es que cada parte que lo compone tiene una labor imprescindible para la salud del individuo, se entiende por qué razón se sufre de diabetes. Contrario a lo que comúnmente se piensa, la diabetes no la ocasiona la ingesta de cierto tipo de comida —ese es sólo un mal hábito—, el verdadero problema es el desconocimiento del funcionamiento del cuerpo porque, si se entendiera de qué manera impacta en el organismo el consumo prolongado de ciertos alimentos, el abuso de ciertas bebidas o por qué es tan necesaria la ingesta diaria de frutas, vegetales, cereales y leguminosas no se actuaría negligentemente en contra de la salud con pequeñas y, aparentemente, inofensivas elecciones diarias. Pero nadie puede cuidar lo que no conoce.

Contrario a lo que muchos piensan, conocer las distintas partes y funciones que lleva a cabo el cuerpo no representa una tarea reservada solo para especialistas, ni tampoco es realmente tan complicada, basta con tener el interés. Por ejemplo, para comenzar a instruirse en el conocimiento del propio cuerpo, un punto de partida es acercarse a una librería y adquirir un atlas de anatomía y fisiología humana básico o uno para niños. Con esto, más que querer profundizar en estas áreas de estudio, se busca que el individuo se familiarice y conozca su cuerpo. Naturalmente, el paso siguiente es asegurarse de leerlo por lo menos 15 minutos todos los días. Por otra parte, si se es diabético y no se sabe por dónde empezar a conocer su cuerpo, en EMANI se sugiere empezar por estas 5 áreas y asegurarse de prestarles atención todos los días, pues son las primeras en ser afectadas cuando no se controla o revierte esta condición de salud:

Los ojos: debido a que este órgano está siendo irrigado y drenado de sangre todo el tiempo a través de los vasos sanguíneos, cuando los altos niveles de azúcar en sangre dañan el sistema circulatorio del cuerpo, los vasos pueden hincharse y dejar que la sangre se derrame al interior del ojo, ocasionando la llamada retinopatía diabética, que puede producir visión borrosa e incluso ceguera.
El corazón: tal como ocurre con los ojos, los efectos de tener altos niveles de azúcar en sangre por mucho tiempo producen un daño en los vasos sanguíneos y los nervios del corazón, lo que aumenta la probabilidad de desarrollar enfermedades cardíacas como: enfermedad de las arterias coronarias, insuficiencia cardíaca y cardiomiopatía. No hay que olvidar que si no se revierte la diabetes, se tienen 40% más probabilidades de morir de un ataque al corazón o un derrame cerebral que una persona sin diabetes.
El sistema nervioso del cuerpo: debido a que este sistema constituye el canal de comunicación entre el cerebro y todo el cuerpo, cuando este sufre daños a causa de los altos niveles de azúcar en sangre, se produce la neuropatía diabética, una afectación en los nervios de todo el cuerpo que produce un dolor muy intenso e incapacitante al contacto de la piel con cualquier objeto o superficie.
Los pies: a causa del daño en los nervios antes mencionado, los diabéticos también son propensos a dejar de sentir dolor y, debido a la mala circulación de la sangre, la dificultad en la cicatrización produce que las heridas sean más proclives a infectarse y, por lo tanto, a requerir atenciones quirúrgicas que pueden derivar en amputaciones. Hay que recordar que más de 100 mil personas en Estados Unidos pierden una extremidad cada año.
Riñones: debido a que estos órganos son los encargados de filtrar y limpiar las toxinas del cuerpo, cuando las afectaciones en los vasos sanguíneos los dañan ya no pueden filtrar cada 4 horas los 4.5 o 6 litros de sangre que hay en el cuerpo, como regularmente harían, lo que puede derivar en fallo renal hasta el punto de terminar en diálisis.

El resultado en los niveles de azúcar sorprenderá al diabético

La razón por la que muchas personas no se hacen responsables del cuidado de su salud es porque no se han educado, o no ha habido alguien que los eduque sobre cómo cuidarla. Es la ignorancia —en la mayoría de los casos— la principal causante de los males y padecimientos a los que el ser humano se enfrenta en la actualidad. Sin embargo, esto no es completamente culpa suya, sino en buena medida del consumismo desmedido que ha llevado a la mayoría a pensar que el valor de las personas se mide a partir de cuánto son capaces de ostentar, en lugar de valorar aspectos mucho más importantes como su calidad de vida, su salud y la plenitud con la que sean capaces de vivir. Lógicamente esto ha llevado a la gran mayoría de la población a olvidar que ningún bien material es tan valioso como su bienestar y, por lo tanto, descuidan y restan importancia a conocer su cuerpo; lo que los lleva a desarrollar a lo largo de sus vidas conductas malsanas que indudablemente derivan en condiciones de salud adversas.

Vivir con un pobre nivel de consciencia conducirá a que se ignoren las 4 Naturalezas que rigen una vida saludable y plena. Por ejemplo, hará que la elección de alimentos dañinos para la salud se vuelva una acción diaria que al final traerá consecuencias. Sin duda, desconocer el funcionamiento del cuerpo es el inicio de una vida negligente en el cuidado de la salud y, por el contrario, el entendimiento de cómo opera el vehículo que el creador le ha brindado al ser humano para su tránsito en la tierra permite cuidarlo y gozar de bienestar. Por eso, en EMANI se invita a que en cada hogar nunca falten 2 libros: el libro sagrado —sea cual sea la religión que se profese— y un atlas de anatomía y fisiología del cuerpo humano; pues el primero es para enriquecer el espíritu y el segundo para enriquecerse de salud. La única manera que tiene el diabético de vivir sin diabetes es a través de la educación y no la medicación, es aprendiendo a no enfermar y practicando lo aprendido para gozar de salud plena. Sin duda, la Naturaleza de El Cuerpo tiene mucho que enseñarle al hombre del siglo XXI, que erróneamente prioriza lo material por encima de su salud. Sea pues este artículo el principio de un gran cambio para la humanidad.