Los límites de los remedios naturales

Por Ezequiel Montaño

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En la naturaleza encontramos en abundancia elementos cuyas propiedades tienen influencia en la salud del ser humano. Estos han sido pieza fundamental en la creación de muchos medicamentos que en la actualidad se consumen; sin embargo, la mayoría de los componentes de la naturaleza con cualidades curativas son identificados en la sociedad, no por que formen parte de algún fármaco, sino en su estado natural —como una planta o flor, por ejemplo— y como ingredientes en algún licuado o infusión.

Las hierbas medicinales, o remedios naturales, son opciones que asisten en el bienestar del ser humano ante algunos padecimientos, debido a que el mito de su poder paliativo se ha transmitido de generación en generación a lo largo de los años, así como su preparación casera para intensificar y utilizar sus propiedades; por lo que para un gran número de personas es fundamental tener estas piezas auxiliadoras en casa. No obstante, cuando se habla de tratamientos, muchos consideran que lo “natural” es sinónimo de “seguridad”, haciendo de este tipo de remedios una de las alternativas más buscadas, aun sobre la opinión de un especialista, y sin tener en consideración los efectos secundarios que se puedan experimentar a partir de consumir, de manera desmedida y desinformada, algunos de ellos.

Aunque la historia ha dado la razón a quienes descubrieron que ciertas hierbas provocaban la sensación de bienestar, a lo largo de la experiencia se comprendió, también, que estos tenían límites y que no podrían ser la respuesta definitiva ante la incógnita de cómo preservar la salud. La popularidad de los llamados remedios naturales les ha otorgado un papel importante en la medicina; sin embargo, no todos los productos de la naturaleza han mostrado ser realmente eficaces para el tratamiento de malestares en ninguna de sus conocidas presentaciones.

Una breve historia de la medicina alternativa

Los remedios naturales y su influencia en la sociedad actual provienen del conocimiento ancestral, debido a que su uso es una práctica que ha sobrevivido al paso del tiempo, extendiéndose a lo largo de países y continentes, además de compartirse entre las sociedades. El contacto del hombre con las semillas, frutos y raíces fue lo que ocasionó uno de los mayores cambios en la forma de vida del ser humano —que decidió asentarse en un sitio, en lugar de seguir siendo nómada, a causa de trabajar la agricultura—, por lo que no es de sorprenderse que entre más se solidificara esta relación, las personas encontraran mayores y diferentes usos para todo aquello que plantaban, además de experimentar con las cualidades de las hierbas nativas.

Desde entonces, las diferentes partes de la planta se han empleado según sea el malestar o la receta, pues se pueden aprovechar desde las hojas y flores, hasta el tallo o la raíz. Esta práctica aceptada, llevada a cabo de manera internacional, es una tradición que ha cambiado de presentación a lo largo de los años, ya que no solo se consumen de manera directa, masticando la hoja o la flor, sino también como infusión o en licuados, aunque en la actualidad se encuentran también a manera de cápsulas o de forma líquida en frascos para diluir en bebidas.

Sumado a la confianza que un gran número de personas ha colocado en este tipo de hierbas, cabe señalar que se trata de elementos que se pueden obtener al plantarse en el jardín de una casa o comprarse en tiendas naturistas sin necesidad de una receta médica, por lo que su fácil acceso los ha colocado como “remedios por excelencia”, sobre todo para quienes no desean consumir medicamentos o tienden a autotratarse, aunque también es común que algunas personas que lidian con un padecimiento piensen que consumir remedios naturales, en conjunto con fármacos, es una manera de reforzar el tratamiento médico y asegurar la recuperación de la salud. Sin importa cuál sea la forma o el propósito, las personas han adoptado la idea de que un tratamiento natural, por el mero hecho de provenir de la naturaleza, será siempre efectivo y no perjudicial, pensamiento tan popular como erróneo.

El fallo de los productos y remedios naturales

Frente a padecimientos que la medicina tradicional no ha podido resolver, es usual que quienes los sufren, así como sus familiares o seres queridos, busquen tratamientos complementarios o alternativos que puedan generar una diferencia en la salud de la persona. Aunque el consumo y uso de remedios naturales es responsabilidad de quien lo emplea, la cantidad de información que existe en libros o en páginas de internet es poco confiable, debido a que hasta ahora ningún estudio ha probado que sean infalibles y certeros, por lo que, antes de utilizar cualquier planta medicinal, primero se recomienda asesorarse con un profesional, pues no se puede ignorar la obligación de ser consciente de los hábitos malsanos que se han llevado durante años, y que fueron los que ocasionaron la pérdida de la salud en primer lugar.

Ningún remedio natural puede solucionar la diabetes, ni algún otro problema de salud, pues nada externo puede resolver una dificultad interna. Es importante entender que si se llega a utilizar una planta medicinal se debe hacer de manera temporal, pues se trata de una ayuda que detendrá los síntomas por un corto periodo tiempo, más no atacará ninguna dolencia de raíz. La medicina alternativa no puede asegurar el triunfo en la lucha contra un padecimiento, así que confiar ciegamente en productos no probados para tratar la diabetes, por ejemplo, puede ser tremendamente peligroso, pues podría conducir a quien la padece a un escenario similar al que se llegaría si se sabe que se tiene el malestar y se ha decidido no actuar al respecto.

Además de no representar una resolución real ante un problema de salud, se suele pensar que los productos naturales son confiables porque no contienen sustancias químicas en su composición; se considera entonces que, debido a tratarse de componentes orgánicos, no generarán efectos secundarios en quien los consuma, pero la realidad es que muchos de ellos podrían tener serios riesgos en la seguridad de los consumidores, dado que no solo ingerir plantas sin medida puede causar una reacción dañina, sino que muchos de los remedios vendidos de manera comercial en diferentes presentaciones tienen compuestos químicos añadidos.  

Lo natural, entonces, no siempre es la mejor opción para la salud; la verdadera acción que garantiza la recuperación del cuerpo se basa en el conocimiento de aquello que afecta al organismo, la comprensión de que lo que comemos, hacemos y pensamos tiene influencia en la calidad de vida, por lo que una elección informada guiará a las personas a construir un estilo de vida que sí puede enfrentarse exitosamente a un malestar como la diabetes.

El consumismo no resuelve el problema

A parte de quienes tienen a su alcance remedios en forma de hojas o frutos, ya sea porque las cultivan en su propio jardín o por vivir en una zona con abundante flora, usualmente las personas gastan una enorme cantidad de dinero al año comprando productos y tratamientos naturales con el deseo solucionar aquello que afecta el desempeño regular de su organismo. Lo preocupante en esta dinámica de consumo es que ese dinero, lejos de ser una inversión a futuro que, sin duda alguna, acabe con el malestar que se tenga, solamente termina en las manos de quienes controlan las compañías que manejan el mercado de artículos naturales, mismos que presentan estos elementos con cualidades que no tienen, con el objetivo de engañar a quienes buscan una alternativa para recuperar la salud.

Tomar productos no probados, como tes, licuados o suplementos naturales, podría conducir a quien se enfrenta a un padecimiento a abandonar o demorar la implementación de una verdadera solución. Problemas de salud como la diabetes, que la medicina tradicional presenta como irremediables, conducen a las personas a comprar diferentes remedios y a caer en las prácticas de compañías deshonestas que ofrecen productos no regulados ni estudiados, pero que prometen remediar el padecimiento con tal de aumentar sus ventas, tomando como punto de partida la aceptación extendida de que lo natural es lo mejor.

Cuando se trata de la compra de remedios naturales, se debe tener en cuenta que no son productos regulados y que no necesitan pruebas estrictas para salir al mercado; además, algunas hierbas medicinales pueden contener ingredientes químicos, no mencionados en la etiqueta de presentación y causar reacciones secundarias o no funcionar como se dice que lo hará. Hay que entender que un producto no puede resolver un problema causado por años de malas costumbres, por lo que el Naturismo Integral se enfoca en la educación, no la medicación. La información verdadera lo único que sí garantiza es acercarse a la recuperación de la salud. Entonces, EMANI no pretende formar parte de ese sistema que estafa y poner en riesgo la salud del diabético o de la persona con cualquier otro padecimiento, pues ayudar a quienes han decidido confiar en la experiencia de quienes ya han revertido su diabetes, es lo más importante.

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Víctor Sánchez

Psicólogo

Director General de EMANI

Director del Departamento de Psicología

Cuando se me presentó la oportunidad de ser parte de EMANI, la verdad no me era muy atractivo, eso cambio cuando comprendí a cabalidad la misión y visión de la empresa, ahora que tengo el puesto de Director General de EMANI y Director del departamento de psicología, esta labor en conjunto me llena de satisfacción por la manera tan profunda como cambiamos las vidas de nuestros increíbles estudiantes.