Cuando se padece un problema de salud, como diabetes, cáncer, hígado graso o cualquier otra afección que disminuya la calidad de vida, puede llegar a ser imposible ver otra vez la vida con la felicidad o la dicha que la caracterizaba, puesto que, en la mayoría de los casos, se desconoce cómo enfrentar y cómo vencer dicho padecimiento. Esta ignorancia, no siempre se debe a no querer conocer cómo alcanzar otra vez la salud, sino que suele ser el resultado de tener la mente nublada por el juicio de las personas que rodean al convaleciente, como lo son la familia que se acerca con remedios naturales, los doctores tradicionales, que suelen llenar de medicamentos y dietas estrictísimas e irreales e, incluso, personas que venden pastillas milagrosas aprovechándose de la desesperación del afectado por recuperar su salud.
Es normal que aquel que padece de diabetes esté lleno de desconfianza, que haya perdido la capacidad de creer en otros y de confiar, porque su experiencia previa solamente le ha demostrado que la diabetes “es de por vida”, una mentira perpetuada por los remedios naturales que solo atacan parcialmente los síntomas, los doctores que ven al convaleciente como un número más y los charlatanes que se aprovecharon de su vulnerabilidad.
Muchas de estas personas desconfiadas, cuando conocen EMANI, suelen dejar que la semilla de la incredulidad que plantaron hace mucho tiempo en su mente, germine y, por ende, desconfían a tal punto que corren el riesgo de perderse la oportunidad de recuperar su derecho de nacimiento, su salud. Es esta incredulidad la que frena sus vidas, la que el día de mañana les terminará pasando factura con una neuropatía diabética o complicaciones cardiovasculares.
El sentimiento de desconfianza es una respuesta natural del cerebro, una reacción primitiva que responde a la sensación de peligro e incomodidad. Es decir, mientras más intente el diabético revertir su padecimiento sin éxito, a nivel psicológico e inconscientemente, se le reforzará la idea de que se encuentra en peligro y de que no puede confiar en nadie ni en nada para remediar su mal. Este ciclo, si bien se puede repetir hasta volverse parte integral de cómo se piensa, también se puede romper, pero antes de romperlo es importante tomar en cuenta las razones que han llevado a millones de diabéticos, alrededor de todo el mundo, a no creer y desconfiar.
Al alemán Joseph Goebbels se le atribuye la frase “Una mentira repetida mil veces se convierte en realidad”, que describe a la perfección este mito que se ha repetido durante más de 200 años por la comunidad de médicos tradicionales.
La idea de que un padecimiento es una condena para aquellos que lo sufren no beneficia a nadie más que a las farmacéuticas, ya que así tienen un ingreso fijo. Esta mentira suele ponerse en la mente del convaleciente cuando apenas se le valora como diabético, es decir, a la noticia sobre su estado de salud, se le añade la condena a padecer de ese problema el resto de su vida. Desde luego, esto deriva, en la mayoría de los casos, en depresión y en un desinterés por vivir, puesto que se le arrebató toda esperanza y dicha.
Afortunadamente, hoy sabemos que no hay nada más alejado de la realidad: en EMANI tenemos más de 800 casos de éxito que comprueban que esta mentira no tiene bases más allá del sistema médico tradicional. La diabetes SÍ se puede revertir y NO es para toda la vida.
La lista es larga cuando se trata de remedios, pastillas o rituales que muchos charlatanes afirman pueden revertir el proceso de la diabetes.
Esta idea tiene su origen en la medicina tradicional, puesto que las personas están acostumbradas a ingerir algún fármaco o una pastilla que esconda sus síntomas, por lo que al no encontrar un fármaco que elimine la diabetes, se empeñan en buscar algún remedio mágico que les devuelva la salud para que así puedan seguir con sus malos hábitos y con su estilo de vida descuidado.
En este punto entran los jugos y tés de hierbas milagrosas, rituales como dietas restrictivas e imposibles de seguir y pastillas de supuestos componentes naturales.
Ninguna planta, ninguna pastilla y ningún té va a desvanecer años de negligencia en el cuidado de la salud, con una dieta pobre, poco ejercicio y excesos.
Cuando ya lo han intentado todo, la naturaleza de las personas es inclinarse a aquello en lo que tienen su entera confianza, ya sean los remedios naturales o la medicina tradicional, y aunque no solucione su problemática de salud, son indulgentes y siguen en el engaño de que, sin cambiar su estilo de vida y con un té o pastillas, pueden llegar a vivir decentemente aun padeciendo diabetes, aferrándose a la mentira de que esta es de por vida.
Romper los pilares de la incredulidad es difícil, ya que tomar la decisión y sostenerla es una tarea del día a día, es decir, si lo que se busca es tener un resultado diferente, como lo es revertir los altos niveles de azúcar en sangre, se tienen que hacer cosas diferentes y no lo que ya se conoce. Es aquí donde EMANI ayuda a sus estudiantes a tomar las mejores decisiones todos los días, las que conducen hacia la salud y el Naturismo Integral.
Si aún se es escéptico de la labor de la Academia, las recomendaciones para comenzar a romper con ese círculo de incredulidad correctamente son las siguientes:
EMANI no se trata de ayudar a partir de elementos externos; la filosofía de vida que promueve, es decir, el Naturismo Integral, es un sistema que permite reaprender a vivir: desde cómo se come, cómo se camina y cómo se viste hasta cómo se piensa. Es normal dudar y desconfiar, pero esta academia tiene suficientes pruebas para refutar aquella incredulidad y abrir las puertas de la salud a todos aquellos que se acerquen, la invitación está hecha. ¡Confía y vive con salud!
Mejorar tus niveles de azúcar
Encender la esperanza de que Sí es posible Vivir Sin Diabetes
Prepararte para transformar tu vida y Vivir Sin Diabetes
Víctor Sánchez
Psicólogo
Director General de EMANI
Director del Departamento de Psicología
Cuando se me presentó la oportunidad de ser parte de EMANI, la verdad no me era muy atractivo, eso cambio cuando comprendí a cabalidad la misión y visión de la empresa, ahora que tengo el puesto de Director General de EMANI y Director del departamento de psicología, esta labor en conjunto me llena de satisfacción por la manera tan profunda como cambiamos las vidas de nuestros increíbles estudiantes.