¿Cómo se siente vivir siendo llamado diabético?

Por Irán Guillén

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La palabra diabetes alberga varios conceptos, desde la individualidad de la persona hasta el entorno social donde se desenvuelve. Va más allá de solo ser un problema de salud físico que es detectado tras una valoración por medio de exámenes realizados en una estancia médica; vivir siendo llamado “diabético” es más que solo un nombre o adjetivo cuando se tiene en mente la carga emocional que conlleva el cómo se vive con este padecimiento. 

Generación tras generación, cada persona que haya tenido contacto con un diabético ha presenciado cómo la aparición de la diabetes cambia el entorno de quien la padece al tener que comenzar a cuidar su alimentación, implementar la realización de actividad física, o los problemas físicos consecuentes de presentar problemas de vista borrosa, neuropatía diabética, el cuidado de algunas heridas y, por supuesto, el uso de medicamentos de por vida. Todas estas preocupaciones van dejando en segundo plano el bienestar mental que, aunque no sea tan visible como la salud física, se ve afectado, ya que las personas suelen perder la motivación de seguir cuidando de sí mismas, su autoestima se va perdiendo y los momentos de felicidad van disminuyendo hasta llegar al punto de presentar síntomas de ansiedad, depresión o angustia constante.

La diabetes, un estigma social

En esta sociedad, independientemente del lugar dónde se radique, se sabe que las ramas de la medicina tradicional se han encargado de resaltar que la diabetes es un padecimiento que, una vez identificado, no hay forma de revertirlo, sino que será parte de la vida de la persona hasta su muerte. Esto, a su vez, resulta en que la única opción que los diabéticos conocen es llevar un “estilo de vida saludable” que proponen los médicos a base de una resignación a vivir dependiendo de medicamentos y dietas poco balanceadas y privadas de nutrientes esenciales para el organismo.

Lo anterior culmina en que la espiritualidad de la persona queda casi vacía y tan solo pone su esperanza en que el problema de salud no sea tan duro y, de ser posible, sea llevadero para evitar el sufrimiento de los síntomas. El colocar la atención en los aspectos físicos deja a un lado la salud mental y orilla a la persona a buscar por su propia cuenta el significado de lo que representa su alivio emocional, casi siempre tomando como referencia la manera en que las personas que le rodean manejan las circunstancias similares.

Sin embargo, el tiempo ha cambiado y ahora el estigma reprobable respecto a la importancia de la salud mental ha perdido validez ante los diferentes estudios que respaldan su necesidad. En la actualidad, incluso existe la posibilidad de revertir la diabetes por medio de la filosofía del Naturismo Integral, que ha llevado a la práctica y resolución de una calidad de vida para las personas que en algún momento fueron marcadas por un examen médico y condenadas a un mal que no pertenece al cuerpo mismo de la persona. Este método utiliza los diferentes componentes de la naturaleza, el cuerpo, la mente y la espiritualidad, todos en igual importancia. Si se trabajan en equilibrio todos estos aspectos, las personas pueden mejorar su salud en todo sentido. Además, gracias al acompañamiento que les brindamos en EMANI, aprenden a revertir los males que son externos al cuerpo y más allá de una limitación de alimentos, aprenden a ejecutar diferentes actividades saludables que mejoran su estilo de vida.

Como parte del trabajo sobre la salud mental, el Naturismo Integral impulsa a que el diabético reaccione de forma positiva, con el fin de volver a tener la motivación de querer estar bien y que así desarrolle la fuerza de voluntad necesaria para mejorar sus hábitos, al tiempo a que evita que problemas como la depresión, la ansiedad o la angustia aparezcan y crezcan. Además, este método trabaja también el aspecto espiritual, de manera que impulsa al individuo a enfocarse en los hábitos importantes de su vida y a ser agradecido.

Es normal sentir miedo, pero que no paralice el proceso de vencer a la diabetes

Respecto a la importancia de la salud mental, existen diferentes emociones que son comunes durante el proceso de asimilación de la diabetes. El miedo, por ejemplo, es una emoción que cualquier persona siente al estar frente a algo desconocido, tanto positivo como negativo.

Como sabemos, la diabetes es un problema de salud que puede ser percibido de varias maneras. Un ejemplo de esto es que, en un mal escenario, el enfoque ante el problema se colocará sobre el hecho de que el diabético deberá enfrentarse a cómo será su vida de ahora en adelante, sin tener posibilidad alguna de revertir su diabetes, estará constantemente preocupado por cuáles síntomas aparecerán con el tiempo y con angustia ante la posibilidad de que empeore la situación en un periodo corto. En contraste, dentro del Naturismo Integral, sentir miedo puede ser algo positivo pues, aunque surjan dudas de si se tratará de algo que realmente funcione para revertir la diabetes, aquí brindamos las herramientas e información necesarias para superar esa primera barrera. Luego, ya dentro del programa, el miedo que los estudiantes llegan a sentir por su diabetes es utilizado más bien como un factor que los impulsa a trabajar duro para eliminarla de sus vidas. Todo es cuestión de redirigir hacia dónde quiere llegar la persona, pues existen muchos caminos y la clave está en tener la información y herramientas adecuadas para así tomar las decisiones correctas para uno mismo.

Desarrollo Humano: Recuperando el control de la salud mental

Una vez que la persona está completamente segura de querer revertir su diabetes, está destinada a tomar la responsabilidad de mejorar su salud, llevando a cabo un cambio mental que irá desde los estigmas sociales que ha venido arrastrando desde generaciones atrás, hasta ser de los primeros en dar fe y testimonio de que cualquier mal del cuerpo tiene soluciones que se encuentran dentro de uno mismo. Así pues, recuperar la salud es un proceso largo y de gran esfuerzo que pasa inevitablemente por el trabajo de la salud mental y la espiritualidad. Todo es cuestión de apelar a la fuerza de voluntad diariamente para hacer las elecciones correctas, ir notando los cambios que ayudan a sentir paz y armonía y, consecutivamente, mantener una sintonía con la espiritualidad que lleva a un deseo genuino de ayudar a otras personas, además de ser conscientes de que no todos los días serán buenos, si no que algunos costarán un poquito más de esfuerzo para no recaer en hábitos malsanos, así como que el hecho de tener un mal día o una mala semana no son motivos para darse por vencido.

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Víctor Sánchez

Psicólogo

Director General de EMANI

Director del Departamento de Psicología

Cuando se me presentó la oportunidad de ser parte de EMANI, la verdad no me era muy atractivo, eso cambio cuando comprendí a cabalidad la misión y visión de la empresa, ahora que tengo el puesto de Director General de EMANI y Director del departamento de psicología, esta labor en conjunto me llena de satisfacción por la manera tan profunda como cambiamos las vidas de nuestros increíbles estudiantes.