Todas las personas estamos hechas de nuestro cúmulo de vivencias, sueños, deseos, creencias y emociones; en el caso de las personas que padecen diabetes esto no es la excepción y, como a todos los demás, algunas emociones pueden generar en el diabético una sensación intensa, como lo es el estrés.
El estrés es una respuesta inespecífica del organismo ante un estímulo que rompe el equilibrio emocional y requiere de un reajuste. Las respuestas fisiológicas al estrés son distintas en todos los organismos y a corto plazo pueden ser hipoglucemia, taquicardia y aumento de presión arterial; mientras que a largo plazo pueden ser trastornos cardiovasculares, metabólicos o endócrinos que permiten el desarrollo de padecimientos o afectaciones graves a la salud.
Es importante señalar que la reacción ante las amenazas o eventos estresantes que cada individuo experimenta depende de su capacidad para resolver conflictos, sus aprendizajes, su visión ante el padecimiento —ya sea la diabetes o cualquier otro—, y la percepción y conocimiento que tenga sobre el mismo, especialmente en aquellos casos en los que la persona ha presenciado el deterioro de la salud de algún familiar o amigo a causa del mismo padecimiento que esté viviendo, o por el contrario, si es que ha tenido la oportunidad de ver cómo el ser querido afectado tiene el control de su padecimiento. Es decir, la respuesta que una persona tiene ante el estrés de la noticia de que padece diabetes, depende de muchos factores, por ejemplo, en muchos casos, el que haya visto a algún allegado suyo sufrir o lidiar correctamente con ese mismo problema de salud es un factor de impacto.
Por otro lado, el estrés asociado a la diabetes depende de las condiciones emocionales, ya que en función de estas permite que los convalecientes sigan algunas actitudes de autocuidado, como lo son las actividades de alimentación y nutrición adecuada, higiene, ejercicio físico y el control de los niveles de glucosa en sangre.
Algunos de los factores que llegan a desencadenar el estrés son: la sensación de desesperanza asociada a la pérdida de salud, preocupaciones, insatisfacción, procesos motivacionales asociados con el cambio de estilo de vida, la identificación de la diabetes, el miedo a perder la autonomía o a no poder vivir como los demás, el no querer ser una carga para los familiares, no aceptar el dictamen y tampoco el padecimiento, la desinformación o la información falsa, las dificultades que se pueden tener al modificar los hábitos o la necesidad de cuidarse más que antes o que los otros. Todos estos son factores que pueden afectar, en mayor o en menor medida, la calidad de vida del individuo diabético. Aunado a lo anterior, desafortunadamente, la sociedad moderna nos mantiene en un estado de alerta constante y en contacto con factores estresantes todo el tiempo, desde el tráfico hasta cualquiera de las muchísimas situaciones que ponen en riesgo nuestra integridad física.
Una vez que se detecta la diabetes, se convierte en un padecimiento con el que hay que convivir todos los días hasta que se logre su eliminación, pero, mientras esto se consigue, las personas diabéticas viven muchos cambios significativos. Desde luego, el proceso de adaptación a la noticia es diferente para cada persona, pero, en general, lo primero que sucede es que los diabéticos se enfrentan al hecho de tener que aceptar que padecen esta condición y después a conocer y “tolerar” un nuevo régimen y estilo de vida, con las limitaciones que este pueda traer.
Todo proceso de adaptación implica, en un primer momento, un desequilibrio. Los seres humanos requieren adaptación biológica, psicológica y social, por lo que una discrepancia, así sea mínima, entre las expectativas y la realidad puede desencadenar estrés en el sujeto. Para entender este proceso de adaptación es necesario comprender lo complejo que puede ser para las personas enfrentar la diabetes o cualquier otro padecimiento. Para comenzar, el manejo del estrés y la presión social tienen efectos importantes en el régimen de hábitos saludables; por ello, recientemente los investigadores se han dedicado al enfoque de habilidades sociales y entrenamiento para la solución de problemas en el manejo de la diabetes con el propósito de facilitar el proceso de modificación de costumbres y hábitos, así como de adaptación, para los diabéticos.
Ahora bien, hay que recordar que un mal manejo del estrés puede llevar a comportamientos perjudiciales como una mala alimentación, perder las ganas o la motivación para realizar ejercicio e, incluso, el consumo de bebidas alcohólicas o fumar cigarros. Por si lo anterior fuera poco, otros efectos en el organismo a consecuencia del estrés son el aumento de ciertas hormonas que, a su vez, pueden provocan un incremento de la taza de glucemia (hiperglucemia) o un descenso, así como un riesgo elevado a sufrir depresión. El estrés también provoca que el organismo pierda nutrientes, pues bajo sus efectos suben los niveles de glucosa en la sangre y el cuerpo pone en marcha una serie de mecanismos con el propósito de disminuirlos.
Es importante reconocer que el estrés puede ser una de las causas principales para que el desarrollo de la diabetes empeore; ya que, en estado de estrés, el cuerpo sufre muchos cambios: el ritmo cardiaco incrementa, aumenta la producción de adrenalina, la piel se pone pálida, los procesos digestivos se detienen ya que la sangre fluye hacia los músculos y el hígado comienza a disparar la glucosa y las grasas que se tenían almacenadas para emergencias, entre otras cosas. Todo esto es una respuesta instintiva a la señal de peligro que emite el estrés y prepara al cuerpo para huir o luchar.
El buen manejo del estrés, para el diabético, puede facilitar la adherencia al estilo de vida saludable, ya que mantener la calma ayuda a las personas a cambiar de realidad, a mantener sus opciones abiertas, a sentir seguridad y les permite reaccionar de formas diferentes ante la situación agravante. Ese control del estrés se puede lograr a través del bienestar psicológico y herramientas como la gratitud, la alegría, la esperanza y la satisfacción.
En Ezequiel Montaño Academia de Naturismo Integral (EMANI) entendemos que el proceso puede ser complicado por diferentes factores, por eso insistimos en que la salud mental es prioridad para la recuperación de la salud integral. Está bien si no se sabe cómo reaccionar ante diferentes situaciones, pues no dejan de ser cambios y cosas nuevas, pero lo que no está bien es no pedir ayuda cuando se necesita y no pedir o buscar información. Recordemos que el estrés, hasta cierto grado, es normal. Sin embargo, para una persona diabética es más perjudicial, por lo que si eres diabético debes pedir ayuda cuando detectes en ti mismo algún estado de angustia o estrés constante.
Es importante que no se tome a la ligera todo lo anterior pues además de todo lo mencionado hasta ahora, el estrés dificulta las habilidades cognitivas, ya que obstruye el aprendizaje y afecta la memoria y la capacidad de tomar decisiones. Así, aunque en ocasiones parezca imposible o complicado, es importante mantener la calma, ya que nuestra respuesta automática e instintiva no es la más adecuada la mayoría de las veces.
Los psicólogos reconocen que el estrés asociado a la diabetes puede provocar un bajo control en los niveles de glucosa y poco interés en las actividades de autocuidado, además, hacen hincapié en las modificaciones y dificultades, a nivel psicosocial, para la adherencia a nuevos hábitos saludables. Por ello, muchas de las técnicas de control del estrés van desde atención en la respiración, la relajación muscular, la imaginación guiada o la reestructuración cognitiva hasta la actividad física y el apoyo social.
Por esa razón, en EMANI nos preocupamos por la salud mental y emocional de nuestros estudiantes, ya que comprendemos el impacto que las emociones fuertes pueden tener en ellos. Darles las herramientas que necesiten a través de técnicas que los relajen y equilibren sus niveles de estrés es solo una pequeña parte de la labor enorme que realizamos en el Departamento de Psicología. Lo más importante para nosotros es tu salud integral, por ello prestamos atención a todo, desde tus malestares físicos hasta el estrés que vives en el día a día, pues nuestra misión es ayudarte para que puedas recuperar tu salud y ser la mejor versión de ti mismo.
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Víctor Sánchez
Psicólogo
Director General de EMANI
Director del Departamento de Psicología
Cuando se me presentó la oportunidad de ser parte de EMANI, la verdad no me era muy atractivo, eso cambio cuando comprendí a cabalidad la misión y visión de la empresa, ahora que tengo el puesto de Director General de EMANI y Director del departamento de psicología, esta labor en conjunto me llena de satisfacción por la manera tan profunda como cambiamos las vidas de nuestros increíbles estudiantes.