“Me gradué, pero bien graduada”
Una segunda oportunidad para Aury Martínez

Por Ericka Zaragoza

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A veces la vida es dura, pone trabas, obstáculos que se van acumulando alrededor de uno hasta dejarlo encerrado y alejarlo de la luz, pero uno siempre tiene que intentar y buscar, agotar todas las opciones hasta salir adelante. Eso fue lo que hizo Aury Martínez, una mexicana de 49 años, que actualmente reside en Brooklyn, NY, y es la protagonista de la historia de hoy.

Aury es una exdiabética cuyo caso resulta inspirador no solo porque su transformación ha sido increíble, sino porque ella, en tan solo 3 años con diabetes, atravesó por el mismo sufrimiento, y hasta más, que otros encuentran de a poco a lo largo de toda una vida. “Ya no sabía qué hacer, estaba desahuciada por tanto problema que me ocasionó la diabetes”, así comienza su relato, pues en solo esos 3 años, como complicación de la diabetes, Aury enfrentó tantos y tan terribles problemas en el hígado, que los doctores se lo declararon prácticamente perdido, con cirrosis severa. Además, estaban a punto de amputarle los dos dedos pequeños de los pies, su vista estaba muy afectada y tenía problemas en los riñones, “Estaba muy mal todo”, dice.

fue la solución que los médicos le ofrecieron

50 unidades de insulina inyectada en el ombligo fue la solución que los médicos le ofrecieron a Aury y, por si eso fuera poco, tenía que tomar 2000 mg de metformina e inyectarse, también en el ombligo, cada 8 días, una dosis de ozempic e ingerir otros fármacos más diariamente. “Esos medicamentos que me dieron eran lo que me estaba dañando los pies. Según los doctores, ya solamente tenía que firmar yo para autorizar que me cortaran los dedos, solo eso estaban esperando. ¡Estaba yo, pero malísima!”, dice recordando aquellos días de angustia. Pero la vida no estaba lista para dar tranquilidad a Aury, y como si no fueran ya suficientes tales problemas, luego comenzó a padecer de un mal humor terrible que puso en riesgo la estabilidad de su matrimonio, un insomnio arrebatador que le robaba toda posibilidad de descanso y unos bochornos intensos que los doctores adjudicaban a la menopausia, pero ella está convencida de que no era así, pues estos eran muy distintos. Para sumar a su sufrimiento, cuenta Aury que después también atravesó varios preinfartos en diferentes ocasiones, y todo fue a causa del exceso de medicamentos que le daban.

Antes de iniciar en la Academia, el A1C de Aury estaba entre 11 y 12% y sus niveles de azúcar normalmente rondaban entre los 300 y los 500 mg/dl. Acerca de esto, ella comenta que ver sus niveles de azúcar tan altos todo el tiempo, a pesar de tanto medicamento, la impactaba mucho. Ante esta preocupante situación, confiesa que llegó a intentar no comer absolutamente nada, en varias ocasiones, con la esperanza de que eso ayudara a que descendieran sus niveles, pero, por desgracia, nunca logró que sus niveles bajaran de los 300 mg/dl ni teniendo el estómago vacío y aun tomando todos los fármacos.

Aury llegó a través de las redes sociales

Y así es la vida, a veces trata muy mal, da lecciones duras, y luego, de repente brinda una segunda oportunidad. La de Aury llegó a través de las redes sociales: “Cuando yo escuché a Ezequiel, que fue antes de ir a verlo en el seminario, ya tenía yo 15 días de haber dejado de tomarme las pastillas de metformina. Luego, en cuanto inicié mi reto, dejé de inyectarme todo y sorpresa, en 2 meses ya estaba yo por los 80-100 mg/dl de azúcar en la sangre”.

Después de ver esto, Aury reafirmó como nunca su fe, pues luego de aquel tiempo padeciendo y tomando pastillas que la estaban matando poco a poco, en solo unas semanas su vida mejoró incomparablemente.   

Pero ya incluso antes de EMANI, siendo una mujer tan valiente y siempre lista para dar batalla antes de rendirse, Aury intentó mejorar su salud por todos los medios que pudo. Así, antes de su encuentro con la Academia, cuenta que al ver el daño en su cuerpo, provocado por los medicamentos, comenzó una intensa búsqueda de cualquier cosa que pudiera ayudarla, “Tengo mi canasta enorme de remedios que puedo mencionar; tenía hasta la cola de alacrán y mil plantas, medicamentos orgánicos, naturales. Yo probé de todo”. Por desgracia, aquello tampoco resultó como ella esperaba y seguía sin alcanzar a ver la luz todavía, “Tres años con esto y ya estaba cansada. No imagino a otros que tienen 16, 20, 30, años sufriendo, y yo digo ¡¿Cómo han aguantado?!”, así recuerda con tristeza cómo era su vida antes de conocer el estilo de vida saludable del Naturismo Integral.  

En suma a tales memorias, añade que por aquel entonces ella era una persona con el mal genio más feo del mundo a causa de todo ese sufrimiento que estaba pasando, todo el dolor y las preocupaciones de lo que era su presente en ese momento, más el miedo que tenía ante su futuro, le impedían ser la verdadera Aury, esta que vemos ahora, tan alegre, enérgica y llena de amor y vida: “Ahora yo bailo, yo río y no hay quién me pare”, dice ya con un tono mucho más alegre.

en Nueva York al que asistió, donde pudo conocer en persona al naturista

Haber conocido al naturista Ezequiel Montaño ha significado para Aury una experiencia tan valiosa como ninguna otra en lo que respecta a su salud y comparte que atesora mucho sus recuerdos de aquel seminario en Nueva York al que asistió, donde pudo conocer en persona al naturista y a una parte de la familia EMANI. Y con más alegría todavía, recuerda también el apapacho que sintió tiempo después, al ser visitada en su propia casa por el mismo Ezequiel, “Eso es algo que no cualquiera hace”, dice.

El primer encuentro que tuvo Aury con la Academia representó un punto decisivo, pues confiesa que aunque le llamó mucho la atención, al principio no creyó que fuera posible recuperar la salud sin hacer uso de medicamentos ni otros productos, además de que, debido a ya haber sido víctima de algunas estafas, llegó a pensar que EMANI sería otra: “Yo escuchaba cualquier cosa, por ejemplo, me decían «tal pastilla te va a ayudar con la diabetes», y ahí iba yo, pero siempre terminaba peor. Y esa vez, cuando encontré la Academia, pensé, «Vamos a ver», pero no creía”. Fue hasta que supo que el USA TOUR 2022 llegaría a Nueva York, que Aury se animó a descubrir de una vez por todas si esto era real y de inmediato adquirió su boleto para asistir al evento. “Yo quería comprobarlo por mí misma, y aun estando ahí en el seminario, dudé”, dice respecto a aquella experiencia. Sin embargo, a pesar de su recelo, Aury se decidió a tomar la oportunidad de inscribirse en ese mismo momento, pues ya habiendo sufrido e invertido tanto en otros intentos por mejorar su salud, optó por dar una oportunidad a EMANI, misma que pensó que era la última que le quedaba. En aquel momento, Aury se aferró por completo a su fe, se puso su mejor cara y dio el primer paso de este largo recorrido: entró a la Academia. Hoy se agradece a sí misma el haberlo hecho y se reconoce, como nadie, todo el esfuerzo y el cambio que fue capaz de lograr.

Ya dentro de su programa, lo que más le costó trabajo a Aury no fueron los cambios en la alimentación ni las actividades que debía ir adaptando a su rutina diaria, sino tener que hablar para otros, tener que realizar sus video-testimonios, pues siempre odió las cámaras y se sentía demasiado nerviosa de tener que grabarse. No obstante, se terminó animando a sí misma y se puso a practicar y, así, video con video, fue mejorando y sintiéndose más cómoda con la dinámica, con lo que hoy dice entre risas: “Al inicio de mi segundo mes, yo ya estaba puestísima para los videos, y ahora me volví una experta en esto”.

fue la segunda oportunidad que la misma vida después le regaló

3 años de sufrimiento y temor, eso fue lo que la vida puso como obstáculo para Aury, y 3 meses de transformación fue la segunda oportunidad que la misma vida después le regaló: “En 3 meses me gradué, pero bien graduada”, dice orgullosa y no sería posible estar más de acuerdo con ella. Aury se graduó con honores y hoy su recompensa es una vida plena, “Y mi misión ahorita es ayudar a más personas a que se inscriban a la Academia y se liberen como yo”, agrega mostrando su gratitud.

“Mente, corazón y alma”, esa frase es la que Aury Marínez aprendió y la que más presente se le quedó, pues tras todo el dolor y complicaciones que atravesó, su corazón se había hecho una piedra y su alma estaba triste. Por fortuna, dentro de EMANI comenzó a trabajar en ello de la mano de su tutor y su psicólogo, quienes le dijeron que debía sacar todo eso malo que tenía dentro. Poco a poco aprendió a gestionar correctamente sus emociones y “Fui sacando todo lo que tenía, fui sintiéndome liberada, porque lo que tenía guardado era mucho rencor y el perdón fue lo que me ayudó demasiado”, cuenta.

Entre algunos otros cambios que consiguió con su proceso en EMANI, Aury menciona feliz su pérdida de peso, pues ahora goza de un cuerpo completamente saludable en todo sentido. No obstante, el cambio positivo que más le parece valioso fue que aprendió a ser disciplinada y constante en cada aspecto de su vida.

Aury logró su meta a los 2 meses del programa y para el tercero, al final de su camino, sus niveles de azúcar estaban entre los 88 y los 98 mg/dl y su A1C arrojó un maravilloso resultado de tan solo 5.6%. Pero, como si la vida quisiera darle aún más drama, comparte Aury que incluso llegando a su logro tuvo que enfrentar una situación en la clínica médica a la que acudía, pues cuando le dieron sus resultados de azúcar, “Me dijeron que el aparato estaba mal y que siguiera tomando los medicamentos, a lo que les respondí que yo tenía 3 meses sin tomar medicamentos”, enseguida, le dijeron que todo lo que estaba sucediendo era muy extraño y aún sin creerle ―irónicamente― querían obtener de ella una explicación que sirviera para motivar a otras personas a que no dejaran sus medicamentos, pero, desde luego, Aury se negó. Como cereza del pastel, al final, los médicos estuvieron tan impresionados con la mejoría que tuvo, que incluso le pidieron una entrevista, a modo de reconocimiento, pero aún bajo su creencia de que su cambio ha sido gracias a las medicinas. “Lo peor es que ellos ya me tenían con el hígado declarado con cirrosis severa, y cuando fui ese día y vieron todos mis resultados, les dije «¿Y qué paso con mi hígado?», y respondieron «Pues su hígado ya está bien, ya no hay cirrosis, pero no sabemos qué pasó, le tenemos que hacer más estudios»”; ante tales circunstancias, Aury simplemente se dio media vuelta y ya nunca más volvió con ellos.

Casi cerrando la charla, Aury asegura que nunca más dejará de practicar lo que aprendió del Naturismo Integral, pues volver a padecer, para ella, ya no es una opción. Finalmente, como muestra de afecto y agradecimiento, se despide llamando ángeles a todos los colaboradores EMANI y dice contenta que siente que de verdad hay una conexión entre ella y todos los que formamos parte de esta familia.

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Víctor Sánchez

Psicólogo

Director General de EMANI

Director del Departamento de Psicología

Cuando se me presentó la oportunidad de ser parte de EMANI, la verdad no me era muy atractivo, eso cambio cuando comprendí a cabalidad la misión y visión de la empresa, ahora que tengo el puesto de Director General de EMANI y Director del departamento de psicología, esta labor en conjunto me llena de satisfacción por la manera tan profunda como cambiamos las vidas de nuestros increíbles estudiantes.