Recuperar la salud sin medicamentos:
la confianza de Fabiola en el Naturismo Integral

Por Dinorah Palmeros

¿Prefieres escucharlo? Cliquea aquí

Fabiola Pérez Pacheco recuerda y comparte la historia en la que, aún en contra de la incredulidad, se decidió a transformar su vida de la mano de EMANI. Originaria de Pachuca, Hidalgo y actual residente de Petaluma, California, la señora Fabiola inició su camino hacia una vida libre de diabetes, motivada por los testimonios de quienes ya han logrado revertir este padecimiento. Sin embargo, antes de comenzar el camino a la recuperación de su salud, la diabetes se presentó de una manera dolorosa en su cotidianidad.

Los malestares en su cuerpo, ocasionados por la diabetes y el estilo de vida que hasta no hace mucho acostumbraba, se concentraron en fuertes pesares en sus pies y espalda: “Yo no sabía qué hacer. Me dolían mucho los pies; trabajando no los aguantaba, no podía ni ponerlos en la alfombra; era de todos los días que mi esposo me tenía que sobar los pies. Me dolía mucho la espalda para moverme, ni para un lado ni para el otro lado, si yo me dormía me quedaba así, inmóvil totalmente”. Su cansancio por las limitaciones y las dolencias que le aquejaban la condujeron a realizarse una revisión médica: “Ya después fui al doctor y me dijeron que yo tengo diabetes y yo me quedé sin habla. Pensaba: «Pero si no me gusta lo dulce, no como pan, ¿por qué?», pero pues lo tengo”.

Sin mayor explicación acerca de las posibles causas

El anuncio del padecimiento fue resultado de la medición del azúcar en la sangre, en la que se encontró que Fabiola lidiaba con hasta 280 mg/dl de glucosa y un promedio de 7.6% en su prueba de A1C. Sin mayor explicación acerca de las posibles causas del problema de salud, la médico que la atendió prosiguió a recetarle distintas medicinas, mismas que la señora Pérez rechazó debido a su postura contra el uso de fármacos: “Cuando me dijeron que yo tenía diabetes me estaban dando pastillas, incluso me ofrecieron recibir una inyección para que yo pudiera bajar de peso, pero yo les dije que no; pregunté: «¿Tiene efectos secundarios la inyección?» y me dijeron que sí, entonces yo no quise. Me estaban ofreciendo primero pastillas, no recuero cómo se llaman porque nomás mencionaban las pastillas, y yo les decía que no. Después me dijeron que me iban a dar insulina, si es que la necesitaba, también dije que no. La doctora que me atendió me dijo: «Pero es que te vas a enfermar más. Es más grave, por lo que tienes, que no tomes pastillas a que sí las tomes», yo le dije que muchas gracias, pero que iba yo a mirar qué podía hacer”.

Tal vez sí te controla un poco, tal vez te baja el azúcar

Aún antes de conocer el Naturismo Integral como estilo de vida, Fabiola ya había descartado los medicamentos como la solución ante cualquier malestar: “Yo escuché una vez, en la radio, un comercial en el que dijeron que todo tipo de pastillas tienen efectos secundarios. Si te alivian de una cosa, de otra te hacen mal, y yo dije «Ya no voy a tomar pastillas»”; por lo que, en medio de la búsqueda por aliviar el dolor, la señora Pérez recurrió al consumo de remedios naturales: “Antes de que yo conociera a don Ezequiel, buscaba recetas. Me hacía yo varios licuados de nopales con hierbas y no, con nada. No te quita el dolor de pies para nada. Tal vez sí te controla un poco, tal vez te baja el azúcar, pero no te quita la diabetes; el té amargo te ayuda, tal vez sí, pero no te quita la diabetes, no me quitaba el dolor de pies y lo más importante es que uno se sienta bien”.

Afortunadamente, la señora Fabiola recibió información que cambiaría su vida, pues en redes sociales encontró diferentes videos en los que el naturista Ezequiel Montaño compartía información bajo el esperanzador mensaje de que la diabetes puede revertirse: “Yo lo miré en las redes sociales y yo dije: «Bueno este seguido sale, ¿qué dirá?». Ya después le leí que [decía] «¿Cómo vivir sin diabetes?», y pensé: «Bueno, no pierdo nada con escucharlo», pero como yo soy muy desconfiada, porque realmente hay muchos estafadores, yo decía: «No, este seguramente que está estafando a la gente», tengo entendido que la diabetes no se quita. No pude dormir por estar pensando en don Ezequiel: «No puede ser; dice que quita la diabetes y no es cierto porque no puede haber algo que quite la diabetes»”.

O me llevas o voy sola, porque tengo que ir a hablar con él, a ver si es de verdad

En contra de las dudas que rondaban por su mente, Fabiola Pérez no desaprovechó la oportunidad de escuchar, de la voz del naturista, los consejos que le ayudarían a recuperar su salud, por lo que acudió a un seminario en California: “Cuando supe que Ezequiel iba a estar, no recuerdo en qué parte, pensé que tendría que ir, le dije a mi esposo: «O me llevas o voy sola, porque tengo que ir a hablar con él, a ver si es de verdad»”. Fue en dicho evento donde escuchó los testimonios que la inspiraron a dejar atrás toda una vida de hábitos malsanos: “Me acuerdo de que Ezequiel dijo: «¿Se quieren quitar la diabetes?, ¿qué harían para lograrlo?», y le digo: «Lo que sea, ¡pero dígalo ya!». Estaba muy desesperada por saber, pensando que era como un té o algo”.

Al conocer la misión y visión de la Academia, la señora Pérez se motivó a convertirse en una estudiante: “Me fui sin un dólar, sin nada y me acuerdo que le dije a don Ezequiel: «Le voy a pagar, pero yo quiero anotarme»”. Una vez inscrita y con la plena convicción de que junto a EMANI encontraría la solución a los malestares que le aquejaban, Fabiola dio sus primeros pasos en el camino a recobrar la salud, aunque este recorrido implicara dejar atrás un negocio que durante mucho tiempo emprendió: “Yo vendía tamales, gorditas, enchiladas, tacos, atole; tuve que dejar de venderlos porque es una tentación tenerlos y no comer. Sí fue un poco duro porque no dejé de venderlos al momento, si no al mes. Seguía comiendo de repente que un pellizquito, pero luego yo dije: «Nada de pellizquito; o sea, ¿estás acá o estás allá? Debes tener solo una cosa». También lo pensé porque pues mi niña tiene hígado graso y como a ella le encanta esta comida, pensé que no podíamos seguir así, y pues este cambio nos ha servido bastante a mí y a mis hijos porque es para toda la familia”.

Realmente me ha servido muchísimo, porque yo antes no podía ni caminar;

La realidad de un cambio de vida la mantiene motivada a realizar las actividades y a comer los alimentos que marca su Programa de Salud Educativo (PSE), aunque no todo resultó sencillo al primer intento, pues Fabiola señala que: “Cuando me dijeron que tenía que comer los ajos, daba vueltas en la cocina y yo le dije a mi esposo: «Creo que don Ezequiel me quiere envenenar, ¿cómo voy a estar comiendo los ajos así? O voy a odiar los ajos o los voy a amar, porque no soy tan buena para estar comiéndolos». También me gusta hacer el ejercicio de respirar y las caminatas, pero me costó bastante caminar en el pasto. Tenía miedo de que pudiera haber un gusano que me pudiera picar el pie, y entonces mi esposo me dijo: «Mira, te voy a vendar los ojos y solo vas a caminar, no vas a mirar», y así fue como le hicimos. Ese fue mi miedo, pero ahora ya no, ya me levanto a las 5:00 de la mañana y me voy a caminar en el pasto”.

Poco a poco, la nueva dieta y las actividades que comenzaban a convertirse en hábitos dieron sus primeros frutos y la señora Pérez sintió el alivio que durante meses sostuvo en sus más anhelados deseos, pues sus pies y espalda nuevamente le permitieron realizar sus actividades diarias sin detenerla con dolor: “Realmente me ha servido muchísimo, porque yo antes no podía ni caminar; incluso cuando él [Ezequiel Montaño] me mandó algo personalizado y lo empecé a hacer. Desde el primer día me sentí bien; los pies los siento bien, ya puedo caminar. Incluso he bajado de peso, de 260 [libras] que yo pesaba, ahorita peso 232 libras, y mi A1C lo van a hacer a finales de este mes. La verdad que es un cambio que uno no hace solo porque no estamos acostumbrados y pienso que todo viene desde casa, de nuestros padres. Desde chiquito como le enseñan a uno a comer es como crece comiendo, entonces uno está acostumbrado a que tamales y gorditas, todo eso, pero pues no es bueno”.

Pues sí has bajado, pero porque comes verduras

El apoyo de su tutora y psicóloga ha sido, también, una pieza fundamental en la reconstrucción de su salud, pues Fabiola ha encontrado en ellas a 2 confidentes: “A mi tutora yo le mando un mensaje y luego luego me lo contesta, me sorprende porque le mando algo y al instante me atiende, siempre dándome ánimos. Con mi psicóloga todo muy bien; es bueno platicar con alguien de las cosas que no has platicado o que tienes. Me siento muy bien porque ella me da mucho ánimo cuando yo le digo que tengo un problema, y ella me dice: «Mira, platícalo así, tal vez esto es mejor», cosas así. Yo me siento muy bien porque si yo tengo un problema, le comento y ella me da soluciones. Ya no me siento como antes me sentía, porque sí he pasado por muchas cosas, como pienso que cada persona pasa por mucho, pero yo soy católica y siempre pienso que Dios no me abandona, siempre está conmigo”.

Fabiola tiene hermanos que lidian con el mismo problema de salud que ella, la diabetes, por lo que en diferentes ocasiones ha tratado de invitarlos a darle a EMANI la oportunidad de ayudarles a remediarlo, y aunque hasta el momento no ha tenido éxito, no se da por vencida: “Mis hermanos me dijeron que no es verdad. A la fecha yo no los he podido convencer de que esto funciona, los voy a convencer hasta que me haga la prueba de A1C. Me dicen: «Pues sí has bajado, pero porque comes verduras», entonces ellos no creen que esto funciona. Lo que pasa es que mis hermanos tienen diabetes y ellos sí están consumiendo pastillas y se inyectan insulina. «Me dicen: No, es que te está robando, no hay cura»; no los voy a convencer hasta que les enseñe el papel. Yo me siento muy bien y antes no, este cambio me ha servido bastante”.

Actualmente, el nivel de azúcar en sangre de Fabiola se mantiene cercano a 115 mg/dl, una prueba de que su disciplina y entrega la guían hacia la meta de una vida libre de diabetes. A pesar de haber dudado en un principio y de que los malestares que sentía indicaban que se enfrentaba a una diabetes avanzada, ahora no hay espacio en ella para la desconfianza y mantiene fuerzas que constantemente se renuevan: “Si una persona no está en la Academia o lo está pensando, yo quiero decirle que no pierde nada con intentarlo. Realmente uno dice: «No, es que el dinero…», pero el dinero va y viene, y lo más importante es la salud porque, ¿para qué quieres dinero si no lo vas a poder disfrutar? A mí no se me hizo caro [el ingreso a EMANI] porque mi salud es hoy. Le digo a mi esposo que pues[esto] no es nada, si después iba a tener que estar comprando medicamentos, ¿en cuánto me iba a salir? Es mejor entrarle ahora y no esperar. Si tú tienes la diabetes no esperes a que tengas un pie infectado y te lo tengan que cortar, o a que puedas perder la vista, lo más importante es que si tú estás bien, tu familia va a estar bien. Nosotros, pensando en nuestros hijos, tenemos que cuidarnos, y si nosotros nos cuidamos, nuestros hijos van a ser felices”.

SUSCRÍBETE A LA REVISTA VIVIR SIN DIABETES

¿Qué obtienes al suscribirte?

Rectangle 296

Mejorar tus niveles de azúcar

Rectangle 297

Encender la esperanza de que Sí es posible Vivir Sin Diabetes

Rectangle 298

Prepararte para transformar tu vida y Vivir Sin Diabetes

Víctor Sánchez

Psicólogo

Director General de EMANI

Director del Departamento de Psicología

Cuando se me presentó la oportunidad de ser parte de EMANI, la verdad no me era muy atractivo, eso cambio cuando comprendí a cabalidad la misión y visión de la empresa, ahora que tengo el puesto de Director General de EMANI y Director del departamento de psicología, esta labor en conjunto me llena de satisfacción por la manera tan profunda como cambiamos las vidas de nuestros increíbles estudiantes.